La enseñanza de Lacan surge al final de la filosofía, no en su final histórico bajo la forma de una cancelación, sino en un tiempo en el que ya se sabe cual es la frontera que el discurso filosófico no puede atravesar, y en una época que se interroga una y otra vez por las condiciones de posibilidad de ese atravesamiento. Tal vez por ello, en aquellos problemas constitutivos de la transformación del sujeto, que localizó e indagó el psicoanálisis, exista «un saber» aún por descifrar en su verdadero alcance político. Entonces, ¿cómo no darse el «tiempo de comprender» necesario para abordar la experiencia psicoanalítica y la política? Los textos que aquí se presentan tienen la fuerza y el gran mérito de inscribirse en tal perspectiva.