‘Las mujeres y la literatura’, de Virginia Woolf
Si nos preguntamos por los ingredientes ideales que necesita un artista para crear, pensamos en la soledad, en la inspiración, en un baño o en un paseo que la fomenten, en el pico y la pala…«Haz tu trabajo, es lo único que puedes hacer», apunta David Lynch en Atrapa el pez dorado con respecto a la creatividad. De acuerdo. Pero qué responderíamos si el artista en cuestión se dedicara a la escritura, fuera una mujer que vive en Inglaterra, concretamente a principios del siglo XX, y que además es de aquellas que tienen la «suerte» de vivir los años de una época de «estreno»: la del sufragio femenino. Virginia Woolf (1882-1941) lanza su dardo a diana y sentencia: «Una mujer necesita dinero y un cuarto propio para escribir».
Virginia Woolf es una las figuras más notables del modernismo literario del siglo XX y pionera del movimiento feminista. Fue una escritora atípica que disfrutó de una magnífica educación (pese a que nunca fue a la universidad) y de una envidiable libertad creativa en una sociedad conservadora. Atípica fue también su muerte. Una mañana fría y soleada de marzo de 1941, llena con piedras los bolsillos de su abrigo y se introduce en el río Ouse, donde pierde la vida a la edad de 59 años.
La escritora británica cultivó géneros muy distintos: novela, cuentos, diarios, cartas y ensayos (en el sentido inglés, que incluye el artículo periodístico). La técnica narrativa de sus obras se caracteriza por un estilo poético y el uso del monólogo interior.
Miguel Gómez Ediciones ha publicado recientemente Las mujeres y la literatura, un libro de ensayos de Virginia Woolf impresos originalmente entre 1904 y 1934. Este reúne una selección de veinticinco textos, acompañados con fotografías digitalizadas, en los que la genial autora reflexiona acerca del papel de la mujer en la historia de la literatura, la escritura y las condiciones vinculadas a la creatividad. «La mujer extraordinaria depende de la mujer corriente (…) Solo cuando podamos medir la forma y la experiencia de vida a la que puede aspirar una mujer corriente, podremos dar cuenta de los éxitos o fracasos de la mujer extraordinaria como escritora», escribe.
Woolf vuelve la mirada hacia atrás y pregunta: ¿por qué las mujeres no escribían de forma ininterrumpida antes del siglo XVIII? ¿Por qué hay menos escritoras que escritores? «Bien poco se sabe de las mujeres», responde. La escritora analiza la situación de la mujer en aquel tiempo en que se le podía golpear y casarla sin tener en cuenta su opinión, y formula si era ese un «ambiente espiritual» favorecedor para la creadora y para su producción de obras de arte. Afortunadamente, el tiempo corre y trae consigo cambios en los que «la figura encorvada con manos huesudas y ojos soñolientos que, aunque muy a pesar de los poetas, es la imagen que representa la feminidad» se levanta de su pila de lavar y sale hacia la fábrica para comenzar un complicado viaje hacia la libertad.
Woolf examina las condiciones materiales de la creación artística y advierte que «el hecho de que el papel para escribir sea barato es la razón por la que las mujeres han triunfado como escritoras antes que en otras profesiones». Incluso va más allá al tener en cuenta la situación psicológica de las escritoras frente a los mensajes ideológicos que reciben de una sociedad que la discrimina. La propia Virginia sufre la discriminación en carne propia cuando admite la «depresión y pérdida de autoestima» que implica leer un artículo en el que un periodista coetáneo a ella apoyaba la afirmación de que «las mujeres son inferiores a los hombres en cuanto a capacidad intelectual». Sin embargo, su respuesta ante tal disparate mantiene un admirable tono humilde y educado.
En Las mujeres y la literatura encontramos asimismo dieciocho valoraciones sobre escritoras anteriores y contemporáneas a Woolf, como Aphra Behn, Jane Austen, Katherine Mansfield, Charlotte Brönte, Mary Wollstonecraft, la duquesa de Newcastle o George Eliot, entre otras. Particulares valoraciones, todas ellas, que amalgaman con maestría la biografía y la crítica literaria y que ponen de manifiesto con su ejemplo el razonamiento expuesto de la autora.
Woolf repara, a través de un estilo natural, poético y exquisito, en ideas sencillas por resultarnos hoy quizá demasiado evidentes. Aun así mete el dedo en la llaga y duele todavía si echamos un vistazo al mundo y a otras sociedades donde la mujer no está liberada como en la nuestra.
Las mujeres y la literatura es un libro valioso que recoge el enfoque inteligente, irónico y brillante de una autora de referencia sobre la mujer y su relación con la literatura. La visión de Virginia Woolf en cuanto al reconocimiento de la vocación artística femenina en su camino hacia la igualdad mantenía un mensaje esperanzador y profético: «En el futuro las mujeres escribirán menos pero mejores novelas, y no solo novelas, sino también poesía, crítica e historia. (…) La mujer tendrá aquello que le ha sido negado durante tanto tiempo: tiempo libre, dinero y una habitación propia».
Ana Belén Martínez, Ámbito Cultural